miércoles, 2 de junio de 2021

¡CÓMO ECHO DE MENOS EL TERCER TIEMPO!

 

Lo avisé en octubre pasado: “Quedan meses repletos de cursos, jornadas y congresos a los que asistir e intercambiar conocimientos con los demás compañeros del país. Seguro que la próxima entrada se parece a ésta” He tardado un poco, pues ha habido otras entradas que estaban pidiendo paso. Pero el goteo, convertido casi en cascada, es incesante. Cursos y más cursos. Seguimos actualizando conocimientos. ¿Motivo? La diarrea (o gastroenteritis, como prefieran) legislativa del ejecutivo, y en menor medida del parlamento. Vivimos tiempos convulsos, que necesitan medidas nuevas, mientras que el resto de la vida sigue su curso, y, en paralelo, avanza con ella la legislación.


Eutanasia, regulación civil de la discapacidad, procedimiento penal, propiedad horizontal en tiempos de pandemia,… Sólo son una muestra de lo más llamativo y relevante.


Que no les parezca una queja, porque no lo es. Disfruto una barbaridad impartiendo clases y estando al día en mi profesión. Lo único que añoro es el contacto humano, perdido temporalmente por culpa de ya sabemos qué, y sustituido por una fría pantalla a la que mirar desde el despacho, nuestra casa o desde cualquier otro lugar, móvil en mano.


La inmensa mayoría de los abogados somos aves solitarias, que, de vez en cuando, necesitan contacto con el resto de sus congéneres: un curso, una jornada, un congreso de un par de días... ¡Cómo echo de menos el tercer tiempo!


No hay mal que cien años dure”. Que no se equivoque el refranero, por favor.

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