domingo, 2 de julio de 2023

HARTO!!!!

 

Hasta ahora, en ninguna entrada de este blog había hecho referencia al trabajo diario en comisarías y tribunales. Pero como para casi todo en la vida hay una primera vez, he decidido contarles algo que me tiene bastante cansado (cansado es un eufemismo). Enseguida verán a qué me refiero, pero antes deben aguantar una pequeña introducción.


Las guardias del Turno de Oficio no son todas iguales. Se estructuran por zonas, tipos delictivos o tribunales competentes. Una de dichas guardias es la que se denomina de Asistencia Letrada al Detenido (ALD) En ellas asistimos habitualmente a personas que se encuentran detenidas en dependencias policiales por la comisión de delitos leves, exhortos, requisitorias…, todos asuntos en los que, por su naturaleza, los Letrados no quedamos personados en el procedimiento judicial posterior.


Las guardias de ALD, como el resto de guardias, se desarrollan durante 24 horas desde las 22:00 horas hasta la misma hora del día siguiente. Y en cuanto a la zona que abarca, comprenden toda la Comunidad de Madrid.


Pues bien, esta semana tuve la última guardia de este tipo. Recorrí 44 kilómetros, cumpliendo con el número máximo de asistencias en cinco diferentes comisarías de policía de Madrid capital. En cada una de dichas asistencias dejamos constancia por escrito en cada uno de los atestados de que no me quedaba personado en el procedimiento judicial. A pesar de ello, un juzgado de instrucción tuvo a bien notificarme una Sentencia (sin estar personado, insisto) y otro se encargó de remitirme la causa completa, así como llamarme por teléfono para preguntar por qué no había asistido a la declaración judicial de mi cliente. Esta situación se repite continuamente en el tiempo, guardia tras guardia. De hecho, estoy seguro de que, en los próximos días, recibiré notificaciones similares por parte del resto de los juzgados competentes.


Ante esta situación, no me queda más remedio que emplear mi tiempo (ese tiempo que me sobra a raudales después 14 horas de trabajo diario) en redactar y remitir escritos a todos los juzgados que siguen sin conocer el funcionamiento del Turno de Oficio, a pesar de que me convocan como Letrado de Oficio (paradojas judiciales). Y explicarles de nuevo lo que es evidente que no se leyeron en su momento, y que forma parte del atestado policial (ni pregunten).


Ante esta situación, y tras 20 años en el Turno de Oficio, no he tenido más remedio que darme de baja de esta clase de guardia, no así del resto, pues continúo y continuaré como Abogado de Oficio hasta que el cuerpo aguante. No me importa cobrar una miserable retribución por el trabajo que hago, como tampoco me importa recorrer docenas de kilómetros de una comisaría a otra. Me gusta mi trabajo y creo en su importancia. Pero me he cansado de ser ninguneado sistemáticamente por parte de los juzgados, fundamentalmente por los funcionarios de Justicia. No me refiero a todos, sólo a esos que llaman con prepotencia, exigiendo explicaciones sobre nuestra incomparecencia ante el Juzgado (porque no han leído el atestado, evidentemente), llegando incluso a amenazar con repercusiones legales si no se comparece inmediatamente ante ellos. Nunca me he considerado más importante que nadie, pero tampoco lo soy menos. Ni tampoco estoy al servicio de los juzgados, sólo al servicio de los intereses de mi cliente.