sábado, 10 de octubre de 2020

CURSOS, JORNADAS Y WEBINARIOS VARIOS

Cada año, la historia se repite: llega el último cuatrimestre y la vorágine de cursos, jornadas y congresos aterriza en nuestras vidas. Pero este 2.020 está siendo distinto en varios sentidos. Los cursos (llamados ahora “webinarios” muchos de ellos) se han multiplicado como consecuencia de la necesidad de estar al día de las innumerables novedades legislativas que se van produciendo día tras día, derivadas de la pandemia que nos asola. Esa proliferación se ha visto propiciada por el uso de las nuevas tecnologías, que nos han permitido estar presentes, desde nuestros ordenadores y teléfonos móviles, en toda España, sin necesidad de movernos de nuestros despachos. Eso sí, hemos perdido el contacto directo entre nosotros, la cercanía con los compañeros, compartir el “tercer tiempo”, … Vendrán tiempos mejores. Esperemos que sea pronto.


No sólo he asistido a gran número de jornadas, sino que, además, he tenido la suerte de impartir algunas.


En septiembre convencí a varios grandes juristas para impartir un curso en el ICAM sobre la modificación del Código Civil en materia de discapacidad. Los Abogados Ana Marta Almaraz García, de Salamanca, Carlos Fernández Pascual y Josefa García Lorente, de Madrid, el Notario de Córdoba Federico Cabello de Alba-Jurado y la Fiscal de Las Palmas Rosa Rubio Ramos, se dejaron liar a las primeras de cambio. Dirigir un curso con semejantes monstruos jurídicos fue como el concierto de Año Nuevo interpretando la Marcha Radetzky: ellos se dirigen solos. De nuevo, públicamente, mil gracias a todos ellos.


Y este jueves pasado tuve la última experiencia. Esta vez intervine como ponente, invitado por el Muy Ilustre Colegio de Abogados de Pamplona para impartir un curso sobre las personas con discapacidad ante los procesos penales, tanto en su papel de víctimas como en el de victimarios. No se puede hablar en este tipo de eventos de aforo completo, pero sí que el curso suscitó el interés de un centenar de compañeros. Gracias a todos ellos, al MICAP y a Celso Galar, gran compañero y culpable de mi presencia telemática en Pamplona. Te debo una visita a Iruña, Celso.


Pero el cuatrimestre no ha hecho más que comenzar. Quedan meses repletos de cursos, jornadas y congresos a los que asistir e intercambiar conocimientos con los demás compañeros del país. Seguro que la próxima entrada se parece a ésta. Hasta entonces, tengan cuidado ahí fuera.


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