En
anteriores entradas recogía el éxito del Primer Congreso de la
Abogacía Independiente que se celebró en córdoba a finales del mes
de noviembre pasado. No voy a incidir en él, en su contenido, pero
sí en la repercusión que está teniendo. Porque el pasado día 13
de febrero le fue concedido el premio al MEJOR EVENTO JURÍDICO del
año 2.019. El premio lo otorga la web Eventos Jurídicos, página
que recopila todos los acontecimientos que se celebran en nuestro
país y que tienen relación con el mundo del Derecho. 2.500 eventos
en 2.019.
El
premio fue recogido por el artífice del congreso, José Muelas
Cerezuela, gran amigo y gigante de la abogacía. Junto a él
estuvimos un grupo de compañeros, la mayoría de ellos miembros de
una gran organización que permitió, por primera vez en la historia
de la abogacía de los últimos tiempos, que los abogados de
trinchera (esos que trabajamos en la soledad de nuestros despachos y
que conformamos el 85 % de la profesión) pudiéramos debatir sobre
nuestros problemas, buscarles solución y llevarlas a término.
Yo
no formé parte de dicha organización. Sólo fui ponente y debatí
en comisión sobre el futuro Estatuto del Abogado. De ahí que
aparezca en las fotos, aunque no lo merezca. Por eso agradezco
enormemente a los ya compañeros de Red de Abogadas y Abogados de
España que me permitieran acompañarles, a ellos y a Pepe Muelas, en
un momento de esos que no suele haber muchos en la vida, y menos en
la de un abogado de a pie, del Turno de Oficio, que nunca renunciará
a ser lo que es.
Las
sociedades sin derechos no necesitan abogados. Pero las sociedades
sin abogados dejan rápidamente de tener derechos.
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